Una nueva primavera se abre paso
entre los despojos de tantas otras
que ya tuvieron su oportunidad,
y no promete nada distinto.
Toda insistencia parece una
condena,
mas no por ello deja de
asombrarnos
esa realidad que nos inquieta
con su esplendor y mezquindad.
Entre el pasmo y la fascinación
sentimos
que la vida no es un mero
transcurso,
sino una invitación a descubrir la
grandeza
allí donde los sueños se van
perdiendo.
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