Aquesta imatge procedeix d'un article de l'any passat |
En la revista digital CTXT, acaba de publicar un article
d'opinió molt interessant GUILLEM MARTÍNEZ, que ens parla sobre el fake
i la ultradreta, en el context de la crisi actual del COVID-19. Com que
l'apartat 1, malgrat el seu interés, és una mena d'introducció que encara no
entra en matèria, per tal de reduir l'extensió d'aquesta entrada, he transcrit
el text a partir de l'apartat 2.
Diu el següent:
2- Sobre el sentido trágico de la vida. Ha salido en El
País un artículo de Patricia R. Blanco. Sobre la técnica de elaboración y
difusión del fake, por parte de la extrema derecha, en esta crisis. Partía
de los descubrimientos, en su laboratorio de Cambridge, de los investigadores
Jon Rozenmeek y Sander van der Linder. Establecía 5 puntos. A los que yo le
agrego el 6. No se los pierdan. Siendo 1) la cita y difusión de una fuente
fiable –al fake le debes agregar un estudio australiano real, que nunca
ha existido, por ejemplo–. Debe 2) exaltar las emociones –“nos matan” tira
mucho esta temporada–. Se debe 3) extraer una polarización –según un informe
australiano nos matan, y lo hacen porque no aman a Esp; son otra trinchera;
injusta; nuestra trinchera, por lo contrario, es justa–. Se le debe agregar, si
se puede, una 4) teoría de la conspiración –la anti-Esp que nos mata y está
adherida al Protocolo de Sion, que censura informes como el australiano–. Con
todo ello, 5) se debe fabricar descrédito –son, como demuestra el informe
australiano, unos chapuceros, ergo cualquier obra de ellos es una
chapuza; la Renta Mínima es una chapuza–. El 6 es novedoso. Sólo ocurre en
sociedades ya enfermas, y sin discriminación entre lo real y lo verosímil. Lo
dejo –hemos venido a jugar– para el punto 5.
Vox ha planteado ya el tramo
judicial para después de la pandemia. A través de dos temas: a) la escasez de
material EPI en sanitarios y residencias, y b) el abandono de las residencias
en MAD, las dos Castillas y CAT.
3- En Redes, vamos, la extrema derecha fabrica odio. Elabora
un culpable ante la pandemia y lo dibuja como incapaz y maligno. En el dibujo
de ese enemigo se retrotrae a la Guerra Civil, y al dibujo de las izquierdas
realizado desde la propaganda de Burgos. Un fantoche inepto, sin conocimientos.
Y con el casco ladeado. Lo divertido es que este dibujo acaba llegando, zas, a
los medios afines. Puede aparecer citado –el fake puede aparecer
citado; ha pasado–, pero más comúnmente, aparece implícito. Se convierte en la
lógica desde la que es emitida y recibida la información. Ese sentido común es,
por otra parte, el utilizado por PP y Vox en sus declaraciones. En el Congreso,
por ejemplo. Y parece que culminarán en la Justicia. Vox ha planteado ya el
tramo judicial para después de la pandemia. A través de estos temas: a) la
escasez de material EPI en sanitarios y residencias, y b) el abandono, durante
semanas, de las residencias en MAD, las dos Castillas y CAT. Se tendrán que
establecer responsabilidades, en efecto. Parecen ser autonómicas. Ya veremos.
En todo caso, esta dinámica comunicativa y política tóxica no pretende ni
aspira a fiscalizar a un Gobierno –tendremos que hacerlo solitos, cuando pase
todo esto–. Sino a establecer una dinámica comunicativa y tóxica. Una continuación
de la política por otros medios. Otros medios, sinopsis: fake, Redes,
medios, partidos y Justicia. Y odio.
4- En Cat es diferente, no obstante. Si bien la extrema
derecha se reparte los roles en Esp –unos trabajan las Redes, otros gestionan
el sentido común creado en medios, y otros, los políticos, lo utilizan como
normalidad política–, en Cat el Govern participa en cada uno de los tramos. El
Govern –políticos, departamentos, autoridades, personal técnico– difunden
el fake/el informe australiano. Los medios públicos y concertados tratan
el fake como material informativo de primer orden, comúnmente a
través de tertulianos, de políticos o introduciendo conceptos clave, nada
neutrales, en la narración neutral de los hechos. Finalmente, los políticos
ejercen en la política el sentido común –esa cosa tan elaborada y poco común–.
Incluso en pandemia. Luego está otra originalidad local. El punto 5 de las
narices. Ahí va. Alehop.
La indignación es el primer
elemento discursivo en sistemas propagandísticos como el turco, en el que
cualquier opinión es, ante todo, un ataque, una falta del respeto al pueblo.
5- Se trata de un aspecto que no he percibido, o no aún
en su esplendor, en la obra en Redes de la extrema derecha Esp. Se trata de la
capacidad –en Redes, pero exportada a medios y política– para invalidar
información contraria. Un ejército de políticos, bots y/o trolls participan en
ello. La dinámica consiste en tratar una información contraria a los intereses
gubernamentales como falsa. Sí, eso no es una novedad. La novedad es la forma.
Fundamentalmente a través de dos estilos, que demuestra fuerza y coordinación.
Estilo 1) se retuitean artículos explicándolos de manera que se explica lo
contrario a lo que los artículos señalan. Un artículo en el que se transcriben
mails internos de epidemiólogos, cuestionando el carácter científico de
diversas propuestas del Govern, puede ser presentado como un artículo en el que
no hay transcripción alguna. Wala. Estilo 2) se somete a indignación
un artículo o información o punto de vista que no satisface al Govern, a través
de elementos que el artículo, información o punto de vista no posee ni propone.
En ese trance se dota a ese producto de partículas indignantes. Que, en efecto,
de ser así, causarían indignación. La indignación es el primer elemento
discursivo, y el mejor sostenido y proyectado, en sistemas propagandísticos
como el turco, en el que cualquier opinión es, ante todo, un ataque, una falta
del respeto al pueblo. Posteriormente, es poco más. Queda neutralizado. Veamos
un ejemplo de todo esto.
6- Esta semana ha aparecido una entrevista en El
País al ministro Pedro Duque. En ella explicaba que es imposible hacer
test a toda la población. Aducía problemas técnicos. A los que se ha de sumar
otro problema aún más efectivo. Los test rápidos –los únicos que impedirían que
colapsaran los laboratorios– no sólo son chungos y poco fiables sino que, como
los reactivos de los PCR –los únicos fiables– están en el top-one de materiales
escasos y caros en esta crisis mundial. Duque decía, en todo caso, que el
objetivo era someter a test a las personas sintomáticas. Lo que es razonable,
diría. En eso, a través de Redes, Duque fue interpelado por un Oriol Mitjà
indignado.
7- Y aquí, asterisco, Oriol Mitjà. A falta de un Comité
Científico, que no está claro que exista, ejerce de Comité Científico en Cat.
Sin cobrar, en lo que es, supongo, un esfuerzo de informalidad para evitar
formalidades legales. Es un buen científico, pero como otros profesionales con
–si bien no es el caso– reconocimiento internacional –en economía, los antaño
candidatos al Nobel Mas-Colell o Sala i Martí–, en su obra pública prima más su
aproximación al procesismo, con serias lagunas democráticas y de empatía
social, que su disciplina intelectual. En esta crisis ha modulado sus
propuestas en medios públicos y concertados y en Redes, antes que en medios
científicos. La comunidad científica local lo mira de perfil. Apuesta por
marcos descartados, a día de hoy, por la comunidad científica. Como que el
origen de la pandemia es MAD, algo poco claro sin paciente cero. Al parecer, el
virus ya existía en febrero en Esp. La vía de introducción, parece ser, son los
aeropuertos. Menos en Cat, donde la cosa está más repartida que el Gordo. Por
lo que –no se descarta, lo acabaremos sabiendo en todo caso– puede haber sido
importante el desplazamiento masivo de una parte de la población a Perpinyà, el
28F, a un acto de Puigde. Sobre la idea del origen MAD de la pandemia, sobre la
reconstrucción falsa de los hechos –a partir de enmiendas a la información
real, como que el Govern estaba por aislar MAD y por el confinamiento en los
mismos días que animaba a todo quisque a ir a Perpinyà–, se elabora la
comunicación y la política local. Ya saben, los elementos comunes en la extrema
derecha esp –incapacidad, cascos ladeados, maldad–, más la originalidad local
del supremacismo. Mitjà es el asesor sanitario para Andorra, Estado pequeño y
millonetis y poco poblado, el único de Europa que hará algún tipo de test a
toda la población. Y posee el prestigioso premio Català de l'Any, del que todo
el mundo habla en todos los hemisferios y cada 30 o 35 minutos.
Al parecer, el virus ya
existía en febrero en Esp. La vía de introducción, parece ser, son los
aeropuertos.
8- La interpelación de Mitjà a Duque en Redes fue en modo
troll. Lo que en Cat significa que pudo haber sido emitida, en efecto, por un
troll o un bot, pero también por un presi, un conseller, un político, un cargo
técnico. La interpelación –y he aquí lo llamativo– consistió en afirmar lo que
había afirmado Duque, de manera que para el lector quedaba claro que Duque
tenía que haber dicho, por tanto, lo contrario. “Ministro: sí se puede y se
debe hacer pruebas a toda la población con síntomas Covid-19 para parar la
transmisión”. Posteriormente, le pasaba una oferta de tests de unos
laboratorios, por si Duque no sabía lo que es una web, y un “llámeme si me
necesita”. La web era chunga, por cierto. Pero el mensaje –incompetencia,
cascos ladeados, inferioridad– ya estaba emitido. El marco quedó asentado. Y
los monstruos de Redes, de medios, y de la política tuvieron para otro día.
9- Mañana les explico, a la luz de Casandra, el
desconfinamiento en Esp, Alemania e Italia. Por mi parte, creo que adolece de
la cosa provincial. Eso no sucede con las islas, un marco preciso. Además
remite a Peter Pan. Las provincias, por lo contrario, son algo más nebuloso.
Puede no ser la unidad mínima de la crisis en desconfinamiento. En ese sentido
se han pronunciado Galicia, Euskadi, País Valencià y Cat. Creo que todas esas
comunidades tienen razón, incluso Cat, que no la tiene. No la tiene porque con
esa demanda sólo prima un criterio. El único que posee desde hace 10 años. El
propagandístico. El único con el que se está acomentiendo esta pandemia en la
que, afortunadamente, los sanitarios lo están dando todo. Como lo da cada día
en una sociedad en la que, desde hace 10 años, un tratamiento, pongamos,
oncológico es algo difícil y para el que no hay medios. Como en MAD.
10- El procesismo –propaganda, selección negativa,
supremacismo, comunión de Redes, medios y política, ultraderechismo
Salvini style– está sobradamente explicado. Y, me temo, la debacle
ética que supone en la política y la sociedad. Si algo queda por explicar es la
decadencia de Cat frente a sistemas con las mismas herramientas, y más
operativos en esta crisis. Como el País Valencià. Más efectivos en
planificación, lectura sanitaria, lectura política y adquisición de materiales.
Esto, en fin, es, en Cat, el final de algo más importante y antiguo que el
procesismo.
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